Un buen momento para convertir granos en carne

Un buen momento para convertir granos en carne

La voz del Interior – EScribe Ignacio Iriarte

La relación novillo/maíz, que hoy es de 16 a uno, es una de las más altas de la historia. Se esperan muchos meses en los que seguirá siendo rentable producir para el consumo.

 

A pesar de que los últimos 15 días han sido ideales para la recuperación de pasturas, caminos y corrales, la oferta ganadera sigue sin normalizarse.

Supermercados, frigoríficos y matarifes siguen sin poder hacer pie, y poder forzar así una baja en las cotizaciones del gordo. Deben enfrentar una suba que no se ha podido trasladar totalmente a carniceros y al público.

La actividad económica cae mes a mes, se multiplican los casos de suspensiones y despidos, los salarios reales han caído un 10 por ciento en el último año y se reducen las ventas de muchos productos de consumo popular. Pero el precio de la hacienda no cede, ubicándose hoy casi un 90 por ciento más alto que un año atrás.

Desde principios de noviembre pasado, el IPC Congreso ha subido un 27 por ciento; los insumos ganaderos, 32 por ciento; el valor del dólar oficial, 36 por ciento; y el precio del novillo en Liniers, 60 por ciento.

Razones

En esta inesperada firmeza del ganado terminado no tiene nada que ver la exportación que, pese al excepcional momento del mercado internacional (en volúmenes y en precios), está estancada hace meses en un seis por ciento de la demanda total.

Esta suba que se da a partir del pico estacional de valores de febrero-marzo, tampoco puede adjudicarse a una suba en términos reales de los salarios del sector formal de la economía, los cuales se han incrementado en promedio un 30 por ciento en el último año frente a un acumulado de incremento de los alimentos del 45 por ciento y de la inflación del orden del 40 por ciento.

Tampoco esta vez puede explicarse la suba, aunque sea parcialmente, a partir del valor de los subproductos, los cuales hace semanas que permanecen estables. Esto ha determinado que los recuperos pagados a matarifes y supermercados tampoco hayan cambiado.

Tampoco puede explicarse la suba, contra toda estacionalidad que se da desde marzo último, a una restricción de la oferta. Porque si bien la faena ha caído un cinco por ciento con respecto a un año atrás, el nivel de actividad en la industria resulta en julio un ocho por ciento más alta que el promedio de los primeros seis meses del año en curso. De esta manera, el volumen de carne disponible alcanza para sostener un consumo de unos 60-62 kilos per cápita.

Este nivel se acerca mucho al consumo por habitante promedio de los últimos años y se da además en un momento en que la oferta de carne aviar se ha recuperado –el consumo se ubicaría nuevamente cerca de los 39 kilos– y los precios de esta carne sustituta se ubican en niveles muy bajos, tanto en términos reales como en relación al precio de la carne vacuna.

La mayoría de los operadores pensaba que si se daban un par de semanas con clima seco y firme se recuperarían los caminos, pasturas y corrales. Pero esto ya ha sucedido y la demanda sigue sin hacer pie; los precios del gordo liviano, lejos de retroceder, han experimentado una nueva suba en la cotización.

Excelente relación

El feedlot , por su parte, está terminando hoy ciclos de engorde con un precio del gordo liviano que determina ganancias de más de 1200 a 1500 pesos por novillito engordado: a lo largo de los últimos meses la relación de compra-venta fue muy favorable, el precio del maíz tendió a bajar y el precio del gordo subió mucho más allá de lo esperado. La relación novillo/maíz, que hoy es de 16 a uno, es una de las más altas de la historia, abriéndose un panorama de muchos meses por delante en que seguirá siendo rentable o muy rentable convertir grano en carne.

Los márgenes son tan amplios que hasta resisten alguna baja del gordo o alguna suba, por ahora no prevista, en el precio del maíz.