Cambio de estrategia: buscan nuevos nichos para exportar
La NAcion
En los últimos años se fueron concentrando las exportaciones de alimentos: sólo diez países reciben el 50% de lo exportado y apenas diez productos representan el 69% del total
Atrás quedó la falsa teoría según la cual destinar productos agropecuarios al mercado internacional es perjudicar al mercado interno. La producción argentina alcanza y sobra para el consumo local. El sector agroindustrial es de los más competitivos de la economía y representa hoy casi un 70 por ciento de las exportaciones totales de nuestro país. Sin embargo, en los últimos años se ha profundizado el fenómeno de concentración en lo que respecta a los mercados de exportación de alimentos argentinos. El gran desafío es recuperar las oportunidades perdidas y buscar nuevos nichos para colocar nuestros productos.
«En los últimos años, la Argentina ha tenido una inserción internacional más basada en los productos que el mundo le compraba que en una agenda propia. Actualmente están surgiendo nuevas posibilidades para exportar. Mercados como India, Vietnam, Filipinas, Indonesia, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Turquía, Egipto, México, son demandantes de productos agroindustriales y permiten diversificar los destinos. De esta forma la Argentina sería menos dependiente del humor de unos pocos países», sostiene Marcelo Elizondo, director de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales.
Apuntar a estos mercados y ampliar la oferta a productos menos tradicionales es justamente lo que pretende la administración de Cambiemos. La licenciada Marisa Bircher, a cargo de la Secretaría de Mercados Agroindustriales, asegura que entre sus prioridades se encuentra aumentar el valor agregado del sector y posicionar a la Argentina como proveedor confiable de productos y servicios, fomentar las economías regionales y diversificar los destinos de exportación.
Las barreras arancelarias son una de las principales trabas que enfrenta la Argentina en su nueva política de apertura al mundo. Los especialistas explican que en estos años nuestros principales competidores han negociado condiciones más beneficiosas que las nuestras. Es el caso, por ejemplo, de Australia que cuenta con ventajas de acceso a los mercados que nuestro país no tiene. Colombia era un gran comprador de maíz que la Argentina fue perdiendo y que Estados Unidos ganó.
Además de las barreras arancelarias, hay que sortear las exigencias sanitarias y fitosanitarias que demanda cada mercado en particular. En el Ministerio de Agroindustria señalan que algunas regiones como La Unión Europea, Brasil o Estados Unidos tienen regulaciones más estrictas en esta materia.
Lograr la apertura y el acceso a nuevos mercados requiere comprender los nuevos desafíos que están teniendo lugar a nivel internacional. Sofía Perini, economista del Instituto para las Negociaciones Agrícolas Internacionales, sostiene que negociar acuerdos comerciales hoy involucra, no sólo temas arancelarios, sanitarios y fitosanitarios, sino también cuestiones de propiedad intelectual, reglas de origen y de desarrollo sustentable.
Para los especialistas en comercio exterior pasar de una economía cerrada a una exportación agroindustrial sólida y diversificada llevará tiempo y mucho trabajo. En este sentido, salir a buscar ámbitos propicios para el diálogo y las negociaciones internacionales es fundamental.
Recientemente, el ministro de Agroindustria de la Nación, Ricardo Buryaile, emprendió junto a otros funcionarios y representantes de cámaras sectoriales una gira comercial por Europa y Asia que culminó en Rusia, donde se buscó recuperar un mercado que en su momento fue un gran demandante de alimentos argentinos.
«Rusia fue un mercado importante para la Argentina que se ha ido perdiendo. Demandaba frutas y algunos cortes de carne complementarios a los que compra, por ejemplo, la Unión Europea. También es un potencial comprador de lácteos, pescados y mariscos. Es fundamental recuperar estos mercados para diversificar. Exportar grandes cantidades a pocos destinos tiene sus riesgos», dice Fernando Vilella, director del Programa de Agroalimentos de la UBA.
El presidente de la Sociedad Rural argentina, Luis Miguel Etchevehere, quien acompañó al ministro Buryaile y a su comitiva en la gira comercial por Europa y Asia, defendió esta estrategia activa en lo que respecta a la búsqueda de nuevos mercados para productos agroindustriales. «Producimos diez veces más alimentos de que lo que necesitamos para consumir y no hay duda que podemos producir mucho más. Debemos adoptar una actitud vendedora, nadie nos va a venir a tocar el timbre. En todos estos años nuestros competidores nos han sacado mucha ventaja. Tenemos productos de calidad, es importante buscar ser cada vez más competitivos y generar mejores condiciones para colocar nuestros alimentos en las góndolas del mundo», dijo Etchevehere.
Los cinco principales
Según un estudio de la Secretaría de Mercados Agroindustriales estosson los principales cinco mercados demandantes para diversificar la oferta exportable argentina
China
Los productos demandados son legumbres, bovinos, porcinos, leche y otros productos lácteos, frutas, vinos, miel, maní, pesca, productos orgánico y oleaginosas
Estados Unidos
Las preferencias se centran en productos bovino y porcinos, lácteos, vinos, pesca, azúcar, miel, productos orgánicos y hortalizas
Rusia
Según los estudios de Agroindustria, se destaca la necesidad de los productos avícolas y porcinos, lácteos, frutas, pesca, y maquinaria agrícola
Brasil
Leche y otros productos lácteos, harinas, arroz, vinos y productos específicos de la industria pesquera son requeridos en el país vecino
México
En el país de América del Norte se identificaron las legumbres,los productos avícolasy porcinos, arroz y hortalizas en general
Un país cerrado no exporta
La Argentina ya comenzó a recorrer el largo camino para reinsertarse en el mercado mundial de productos agropecuarios. Los especialistas coinciden en que uno de los desafíos es aumentar la producción, generando políticas a largo plazo para que haya previsibilidad y el sector privado pueda invertir.
Además de brindar certidumbre puertas adentro, el Gobierno deberá enviar señales de apertura hacia afuera. «Si uno mira el listado de países en el mundo que más exporta, son también los que más importan. Una cosa es limitar la importación para proteger a la población por cuestiones de sanidad y otra cosa es frenar productos de afuera por ceder a presiones internas. Esta actitud proteccionista puede llevar a que otros países adopten represalias», explica Marcelo Elizondo.
Cabe recordar que recientemente China dejó de comprar aceite de soja argentino. Hay quienes atribuyen esta medida a que la Argentina frenó licencias de importación de productos chinos. La semana pasada el Gobierno dispuso licencias no automáticas para agroquímicos que son importantes para la producción, motivado por un reclamo de la industria local.