Giro en China provoca cambios en el sector de commodities
Cronista
En el gigante oriental los patrones de la demanda de materias primas están cambiando. Los analistas dudan sobre si esos giros son estructurales
A medida que los chinos regresan de los festejos de su Año Nuevo, las comercializadoras de commodities y los ejecutivos del sector se preguntarán qué tiene reservado para ellos el año de la oveja.
¿Por qué las comercializadoras de materias primas siguen de cerca el crecimiento de China?
El gigante oriental ha sido el factor más importante que influyó en la demanda de commodities durante la última década. El «superciclo» de los productos básicos que comenzó a principios de los años 2000 fue mayormente impulsado por este país porque la inversión en infraestructura, propiedades y fábricas que producen sus exportaciones necesitaba cada vez más materias primas importadas.
El plan de estímulo que implementó Beijing en 2009 dilató más la demanda, y su política monetaria blanda fomentó el uso de metales como garantía de los préstamos.
China pasó de consumir 12% de los metales del mundo en 2000 a casi el 50% hoy. En productos básicos como mineral de hierro, entre 1998 y 2008, la demanda total china se multiplicó por cinco. En cuanto al acero, el país pasó a consumir más que Estados Unidos, Rusia, India, Japón y Corea juntos; y también fue el principal factor que impulsó el aumento de la demanda de petróleo en la década pasada.
Pero los mercados están aceptando lo que el presidente Xi Jinping llama la «nueva normalidad» de la economía China. Una repentina desaceleración o un cambio de la demanda de commodities podría propagarse en los mercados globales.
¿Qué está pasando ahora?
En China los patrones de la demanda de commodities están cambiando. La pregunta es si esos giros son estructurales. Los metales como el cobre, que obedecen a los datos económicos del país, ya se vieron afectados y están cotizando a sus niveles más bajos en cinco años. El consumo de acero cayó el año pasado; es la primera vez en 30 años que se registra un descenso.
El crecimiento de la demanda de petróleo también se está desacelerando en parte porque el consumo de energía en China se vuelve cada vez más eficiente, según Oxford Institute for Energy Studies.
China representaba dos terceras partes del aumento de la demanda global de crudo entre 2003 y 2012, pero en 2014 se registró el menor avance en dos décadas. Eso es un indicador de lo que se viene, aseguran en el instituto.
¿Qué materias primas se verán afectadas mientras China transforma su economía?
Los productos básicos atados a la construcción e infraestructura, principalmente acero, mineral de hierro y carbón. Muchos analistas sostienen que la demanda de cobre este año y el próximo recibirá un golpe porque se está construyendo menos. El analizar el posible escenario en el que el crecimiento de la demanda china se mantiene chato, Macquarie calcula que el mercado del cobre podría tener en 2019 un superávit de 2 millones de toneladas, y no el déficit que se preveía.
Para las mineras, eso eliminaría la necesidad de contar con capacidad nueva. Para decirlo de otra manera: los días de auge definitivamente han llegado a su fin.
Por ahora todo es negativo, pero ¿hay puntos positivos?
No habría que entrar en pánico.
El consumo general de materias primas en China probablemente no haya tocado su pico máximo a los niveles actuales de ingresos per capita, asegura el Fondo Monetario Internacional. Pero irá girando gradualmente hacia los alimentos y metales de alta calidad. Los factores clave de este cambio de patrón serán los mayores ingresos y el creciente poder de compra.
A algunas materias primas alimenticias probablemente les vaya bien; se espera que la carne vacuna se convierta en el sector importador de alimentos con mayor crecimiento, a un ritmo de 7% anual, según la Organización de Alimentos y Agricultura.
Las importaciones de lácteos también podrían aumentar abruptamente como resultado del menor crecimiento en la producción local.
Se espera además que el oro se beneficie de los mayores ingresos disponibles y la creciente infraestructura para los mercados como la Bolsa de Oro de Shanghai.
Otros, como el níquel y zinc, ambos ingredientes para los productos de acero podrían verse beneficiados de un giro que lleve a una mayor producción de autos y electrodomésticos.